Hijos De La Promesa
- Mateo Sánchez Chaverra
- 7 dic 2017
- 3 Min. de lectura

Es claro de que Pablo no está hablando en romanos 9 acerca de una salvación personal, ya que eso iría en contra del libre albedrio que nos ha sido a cada ser humano. Está hablando de un grupo de personas que él ha escogido para hacer una obra a favor de la humanidad perdida. Pero analizaremos los diferentes aspectos que presenta la lección de esta semana. “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel. (Éxo. 16:9)” El pueblo de Israel fue escogido de muchos pueblos para una misión importante, ser la luz de Dios, el carácter de Dios reflejada en cada uno de ellos para testimonio de otra naciones. El escogió de la simiente de Abraham solo a Isaac y de Isaac solo a Jacob, y hoy ha escogido a un remanente n unas características especiales para una misión importante. Esa promesa de Éxodo 16:9 no ha caducado, el remante es una clara demostración que esa promesa sigue en vigencia, esa misión del remante es velad y prepararse para la venida del hijo del hombre. Claro que ser de ese remante no implica que ya seamos salvo por eso, porque podemos estar en la iglesia verdadera y estar perdido por dentro. “Es la fe, una fe que obra por amor, lo que revela a los que son hijos de la promesa”. Somos escogidos por Dios para una función importante, pero esto no implica que los otros no sean salvos. El escogió a los discípulos para cumplir una misión, pero eso no implicaba que las personas que escuchaban el mensaje se perderían, de ninguna manera. Pero es Dios quien no elige para cumplir un papel importante en la evangelización al mundo:“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” (Romanos 9:16). Ahora, los planes de Dios para ser escogidos cada uno de nosotros, no los podemos comprender, entender ni mucho menos imaginar “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. (Isaías 55:8-9) Debemos entender que nosotros tenemos una visión demasiada corta de la que tiene Cristo indudablemente. Debemos dejar que el guie nuestros pasos para que seamos escogidos e hijos de la promesa, ya que él sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros. Oseas, por mandato de Dios se caso con una prostituta, y tuvo hijos y Dios le indicaba como ponerlos por nombres, nombres que significaban el rechazo de Dios, y el 3 hijo lo llamaron “Loammi”, que significa “no mi pueblo.” Pero Dio había prometido en que haría un nuevo pacto con ese pueblo y serian llamados Mi pueblo. Y quienes eran ese pueblo, Pablo responde: “a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles” (Rom 9:24) Esto deja en claro que la salvación es para todos, solo falta que cada uno tome la decisión de ser hijo de Dios. Realmente aunque los hombres somos incumplidos con las promesas, Jesús jamás incumple una promesa. La lección termina diciendo que los judíos habían cumplido una ley, que les fue por tropiezo para no ver al rey de reyes y señor de señores, pero que los gentiles aunque no cumplieron una ley ceremonial tenían es ese momento lo mas importante, fe de aquel Jesús que los puede salvar y los puede escoger como hijos de la promesa.
Bendiciones.
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