¡Agradece! 1

El ser humano es muy dado en esta época del año a pedir regalos, lujos y a complacerse el mismo. A veces la navidad pierde su sentido de ser por culpa del egoísmo de cada uno de nosotros, solo pensamos en nosotros en que nos compraremos, en que haremos, a donde iremos ó pensamos en que nos van a dar, pero jamás pensamos en los demás. Para mucha gente el mes

de diciembre es como cualquier otro mes, porque no tienen trabajo, viven en las calles, el vicio los tiene alejados de sus seres más queridos, o simplemente lo han perdido todo. Solo es mirar las noticias y ver las terribles catástrofes que han ocurrido en el mundo, Terremoto de México, Huracán María e Irma y muchas más catástrofes que han dejado miles de pérdidas humanas. La pregunta es ¿Por qué yo no fui una de esas personas que perdió su vida este año? La respuesta está en Lamentaciones 3:22-23. Simplemente estamos hoy acá, mes de diciembre, vivos por la misericordia de Dios. Todo lo que somos, nuestra vida se la debemos a él, en cualquier momento Dios puede quitarte la vida, puesto que él la dio, pero no lo hace porque su misericordia hacia el ser humano es infinita. Entonces pensemos este año que va a culminar, pensemos en los peligros que afrontamos, en los altibajos de nuestras vidas, en aquel momento cuando mi salud estaba deteriorada, en aquel momento cuando mi matrimonio estaba acabado, en aquel momento cuando sentía que mi hijo o hija se moría, en aquel momento cuando pensaba en irme de la iglesia, en aquel momento cuando parecía que el pecado ganaría la victoria sobre mí. Y ahora mírate a un espejo y ve tu salud, tu matrimonio, tu hijo, ve tu vida y ve como Dios ha obrado en ti poderosamente. Acuérdate de tus planes en enero de este año, de tus metas que prometiste y que hoy se han cumplido, pero muchas veces en los tiempos buenos de prosperidad, de alegría en nuestras vidas nos olvidamos de Dios, de aquel por el cual yo estoy aquí hoy, por aquel por el causante de mi felicidad, el que permitió que todo fuera como fue y el que me ayudo cuando más lo necesite. Aquel Dios está a tu lado apoyándote aunque ni siquiera reciba de ti un agradecimiento. ¿Sera que ese Dios no merece un simple agradecimiento? Sera que no merecerá una palabra de gracias por todo lo que ha hecho en tu vida, repasa este año y ve que la mano poderosa de Dios actuó de forma poderosa y positiva en tu vida. En vez de estar pensando en regalos y en que me van a dar, agradezcamos a Dios por que nos ha dado un año más de vida, porque estoy en su iglesia como un hijo fiel y por tu familia, porque lo que somos y lo que seremos siempre se lo deberemos a él. AGRADECE.

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