¿Quién es el hombre de Romanos?
- Mateo Sánchez Chaverra
- 24 nov 2017
- 2 Min. de lectura

Para entender el capitulo 7 hay que hacer un contexto del capítulo 6 del libro de Romanos. En la lección pasada estudiamos el libro de 6 y nos trataba de explicar que ya en estos momentos estamos bajo la gracia de Cristo, pero que no por estar en la gracia debemos seguir pecando, el mismo lo dijo: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? Romanos 12:1. Ahora estamos libres de la ley, como lo explicaba esta lección. En otras versiones dice “Ahora, habiendo muerto la ley...” Que significa esta frase, significa que los 10 mandamientos han sido abolidos, de ninguna manera. Esta ley a la que se refiere el apóstol Pablo es la ley ceremonial, que debía ser muerta y dejada ya que Cristo, vino como cordero para expiar el pecado de la humanidad. Pablo utiliza una ilustración del matrimonio. Una mujer casada no puede estar con otro hombre porque esta cometería adulterio, solo cuando su marido muera puede casarse con otro. Lo mismo paso con la ley y los judíos, ellos se habían “casado” con esa ley ceremonial que los estaba llevando a los extremos. Cuando Cristo vino les invito a seguir sus sendas para que lleven mucho fruto. Pero entonces ¿la ley es pecado? De ninguna manera. La ley es como un espejo, el espejo te muestra tus defectos, si tienes un peinado mal, pero el espejo no te quita la mancha no más te la muestra. La ley te muestra en que estas fallando, pero no te puede perdonar ni mucho menos salvar. La ley te lleva a Cristo para que seas justificado solo por la fe y solo por ella. El pecado es la trasgresión de esa ley. Pero Pablo siempre destaca la ley como santa, en ningún modo la ley es mala, el o explica en los versos 10-11 “Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.” Se ve la lucha del cristiano por tratar derribar el hombre de pecado cuando este está en nosotros por naturaleza. Pablo describe esta lucha en su vida personal en los versos 17-20 “De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.” Pero fuimos salvados de la muerte por Cristo Jesús, quien murió por nosotros y ahora el pecado ya no nos domina porque es tu decisión, cambiar el viejo hombre por uno nuevo en Cristo Jesús, aunque el pecado siempre nos va a fastidiar, no podrá vencernos a menos que tu le des cabida. No le des cabida y mantente pegado de la mano de Dios.
Bendiciones.
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